Por medio del estudio de 3 experimentos sociales este trabajo pretende explicar el papel que juegan agentes externos, en este caso sociales, en nuestra forma de entender el mundo y por extensión las decisiones que tomamos.
El primer experimento (experimento de Solomon Asch) consisto en: juntar un grupo de personas de las cuales todos son actores excepto un sujeto. Entonces se les colocó una hoja de papel con tres líneas de distintos tamaños dibujadas verticalmente, se le preguntó al grupo cuál es la línea más grande. Los actores tuvieron la instrucción de responder incorrectamente (en voz alta), el sujeto comenzó dando la respuesta correcta, sin embargo, al darse cuenta de que era el único dando esta respuesta, inmediatamente (después de escuchar entre tres y cuatro opiniones distintas) procedió a cambiarla por la opinión del grupo. Posteriormente en una entrevista privada se le volvió a preguntar cual era la línea más larga y este contestó al igual que lo había hecho el grupo.
Lograron cambiar su opinión sobre un hecho evidente, simplemente colocando un grupo de personas que discreparan de él.
En el segundo experimento (experimento de cueva de los ladrones de Sherif) juntaron a veintidós niños de alrededor de once años que no se conocían, a estos los dividieron en dos grupos y los llevaron a un campamento aislado un equipo del otro. Niños adquirieron una alta simpatía con sus coequiperos, a los niños se les pidió escoger un nombre para reforzar la unión, en menos de una semana juntaron a ambos grupos en una justa deportiva, donde fue puesto en evidencia un odio que sentían los miembros de un equipo hacia los miembros del otro equipo (discutieron, se insultaron e incluso se golpearon por el hecho de pertenecer a un equipo distinto). En la última etapa del experimento fueron obligados a colaborar diversas actividades esto hizo que lo odio preexistente se desvaneciera.
Este experimento nos muestra que la ideología identitaria genera un proteccionismo para con aquellos que comparten sistema de pensamiento, en muchos casos se traduce en actos violentos hacia otros sujetos o grupos externos que de forma factual o en el imaginario colectivo amenacen la integridad del grupo o de quienes lo conforman.
Finalmente para el tercer experimento (experimento de Milgram) se propuso lo siguiente: a un sujeto se le pedía que participara en un experimento para estudiar la memoria, este
se le pedía realizar preguntas a otro individuo (un actor) sentado en un cuarto adyacente (ambas partes se escuchaban) en caso de que el individuo contesta se erróneamente al sujeto se le pedía dale un electroshock, esto naturalmente no sucedía, sin embargo el actor emulaba que sí, por lo que sujeto era consciente que cada shock le hacía mucho daño al individuo, por cada error la intensidad del shock aumentaba. Casi todos al pasar los 120 Volts comenzaban a dudar, pero cuando el experimentador confiado les pedía continuar estos lo hacían. Cerca del 70% de los sujetos llegaron hasta el final (450 Volts) y todos rebasaron los 300 Volts.
En este experimento los sujetos se sentían libres de responsabilidad puesto que al solo seguir órdenes de una autoridad pensaban que su papel estaba bien justificado. Lo que nos permite entender que una acción violenta no es necesariamente perpetuada por un agente maligno, sino que puede ser simplemente una orden burocrática, seguida por una persona común y corriente.
Estos tres experimentos nos dejan una fuerte moraleja: nuestras opiniones, perspectivas y acciones están fuertemente influenciadas por nuestro contexto, los problemas de la maldad y la violencia con puede ser reducidos simplemente a la agencia de sujetos malvados, estos siempre existen y juegan solo una parte dentro de la maquinaria. Lo realmente peligros es que personas buenas ejecuten acciones violentas en el nombre de estructuras externaras, como lo son: la opinión de un grupo, la identidad colectiva o la orden de una autoridad.
“La demencia es algo raro en los individuos, pero en los grupos, los partidos, los pueblos, las épocas constituye la regla”. F. Nietzsche.